Cuando oímos algo sobre este lugar nos llegan imágenes y sensaciones a nuestro pensamiento sobre edificios, coches, gente, movimiento, luces, sonidos, bullicio en el estado más caótico y hermoso a la vez.
Sin duda, una ciudad única, que cuenta con uno de los parques más famosos del mundo, Central Park, oficialmente finalizado en 1873 debido a la gran necesidad de disponer de una zona verde, donde los ciudadanos de una ciudad que no paraba de crecer necesitaban resguardarse del ajetreo diario de la gran urbe.
Con una superficie de 843 hectáreas supera a dos de los estados más pequeños del mundo; es el doble de grande que Mónaco y ocho veces más que la Ciudad del Vaticano. Sus dimensiones facilitan la celebración de numerosas actividades lúdicas y deportivas de varios tipos que diariamente tienen lugar en él.
Una auténtica combinación con las más de 1500 especies entre flora y fauna que dan al parque una belleza natural indescriptible, siendo así la zona verde más cara del mundo con un valor estimado en 529 mil millones de dólares.
El pulmón de Manhattan dispone de su propio departamento de policía y unidad médica, con sus instalaciones deportivas, de paseo y su gran museo natural, hacen de este oasis un lugar imprescindible si alguna vez visitas New York.
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