Lamborghini y Maserati, dos marcas reconocidas a nivel mundial de deportivos italianos de lujo, cuyos precios son inaccesibles para la mayoría de los mortales. Por poner un par de ejemplos, un Lamborghini Gallardo cuesta entorno a 207.000,00 € y un Maserati Quattroporte GTS V8 unos 170.000,00 €.
Ambos tienen en común la exclusividad, la elegancia, el poder y la potencia que representan, pero también tienen en común a dos propietarios del mismo país, China, cabreados por el trato postventa recibido de cada una de las respectivas marcas. Además también la forma de protesta, por el servicio prestado o ausencia de éste, es la misma, y muy curiosa la verdad.
Para empezar os pongo unas imágenes a continuación, del lamborghini, del primer empresario. (Imágenes de http://wachalol.com)
Increíble ¿no? Bueno y aquí el vídeo, del maserati, del segundo empresario descontento.
¿Se reirán desde Italia?¿O estarán llorando de la emoción? En mi humilde opinión, no entiendo esta filosofía, por muy cabreado que estuviera, buscaría otras soluciones, es más, en vez romper ambos, ya me podían haber dado uno de los dos y destrozar el otro entre ellos. No me importa cuál, ambos me gustan.
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